En la vida hagamos que las
cosas sucedan…
Por. Carlos Martínez M.
Como el 24 de diciembre me había enviado uno y me reclamo que había
tardado mucho en leerlo me dispuse a escuchar el contenido, al abrirlo y oír
las primeras frases del declamador me fui adentrando en el mensaje, en se
momento llegaron a mi mente gratos recuerdos de mis padres, mi Jaguara se
acercó y se sentó frente a mi y juntos escuchamos el mensaje.
Al repaso del vídeo me fui
interesando, una hermosa narración con un bello mensaje, recordé los días
aquellos cuando era apenas un niño, veía
ir y venir las Navidades, en mi pueblo
era costumbre ver reunida a toda la familia: abuelos tíos y primos, mis
hermanos 9 ellos y mis padres, todos
sentados alrededor de una fogata o pegados al fogón mientras se cocinaban los
tamales, unos titiritando de frío y
otros platicando historias, en espera de que cantara el gallo para correr a los
hogares donde lucían los nacimientos, llenos de cadenas y servilletas de colores
hechas de papel de china y crepe, pastorcillos, y tantos adornos multicolores
que llenaban de paz, de una paz indescriptible que hoy todavía la añoro.
El mensaje del video habla de
cuando somos padres y tenemos a nuestros hijos en casa, los podemos disfrutar
pero al cabo del tiempo van creciendo y deciden irse con su familia o con los
amigos para pasar la Navidad, mientras los padres nos vamos quedando solos,
vean si no, muchos preferimos quedarnos en casa o visitar a los vecinos o
amigos pero casi por lo regular no visitamos a nuestros padres hasta otro día o
pasada la medianoche.
Recuerdo que el pasado 24 de
diciembre invité mis padres, llegaron a cenar, convivimos, nos tomamos la foto y después que se fueron, me quedé solo con mi familia mis 3 hijos y mi
esposa, solo salí a llevar a mi hijo mayor y a mis padres a su casa y me
regrese, la noche para mi había
terminado, había que descansar.
En la mañana mi padre llegó y
me despertó con unos buenos días, como a
eso de las 8 de la mañana, vino a invitarme para visitar a los tíos, habíamos hecho un compromiso de hacer
tradición el día 25, reunirnos, cantar canciones y convivir con ellos, pero ya
no fui, mi padre se fue desconsolado y
ni siquiera le di un abrazo.
A media semana fui a verlo y
me dijo que mis tíos me había echado de menos,
esperaban que fuera, me dio pena porque mi padre con mucho orgullo me ha
hecho sentirme importante ante mis tíos, su familia, pues de la música viví casi 15 años, no había
veinticuatro y treinta y uno que no fuera a cantar para la gente que amablemente
nos contrataba, o para amenizar sus
fiestas, aunque estuviera ausente de mi
familia esos días tan importantes.
Vi a mi padre con una ilusión
tan grande en sus ojos, que después de escuchar el video decidí que el día último y el día
primero debía estar con ellos y cantarles sus canciones como a ellos y a mi nos
han gustado. Mi padre me dijo que estarían todos mi hermanos y pues no dudé, le dije a mi Jaguara, -hoy estarás con tus padres y yo estaré con
los míos, como cuando éramos niños, vamos a darles esa satisfacción.
Antes de la medianoche, decidí encaminar mis pasos, encendí a la niña
y le dije a mi esposa, voy a ver a mis padres y convivir un rato con ellos
seguramente mis hermanos y hermanas ya están ahí y quizás nada más yo falto,
ella asintió con la cabeza y me dijo esta bien ve, cuídate y salúdamelos, diles
que le mando un gran abrazo.
Dicho lo siguiente, salí a mi
destino, en esa casa convivimos por primera vez a nuestra llegada a Champotón
en el año de 1980 hasta el año de 1992 que decidí vivir con mi propia familia.
Algunas Navidades y Año Nuevo las convivimos con los vecinos más
cercanos de aquel entonces, el Sr. Irola y su familia que nos recibieron
siempre con los brazos abiertos y nos dieron la bienvenida en su casa, debo decir que de aquella familia solo recuerdos bonitos
quedan.
Cuando llegué, me pareció raro no ver movimiento ni ruido, cosa rara, mi papa me había dicho que estarían todos mis
hermanos, mientras mas me acercaba mas crecía
mi asombro, no hay nadie en la casa me dije, ¿No será que salieron a festejar a
otro lado y no me dijeron? Llegué y me paré frente a la reja y vi hacia dentro,
no había nadie, la reja estaba con candado y todo en silencio.
Un chiflido despertó a mi padre
que ya estaba durmiendo, medio somnoliento abrió la reja que da a la calle y me
recibió con un abrazo, tal vez no espero verme ahí, le dije, ¡vine a cantarle sus canciones! … no pos que
bien hijo – me contestó, ¿Y mi madre? ¿Dónde esta? –No se, debe andar por ahí- -creo que tu hermano se siente mal y anda preparándole
un remedio- me dijo.
Terminado el protocolo del
abrazo, me dirigí a buscar a mi madre
que venía del patio de la casa, pues había
escuchado escándalo en casa de los vecinos y eso la sobresaltó, la encontré y le di un abrazo al que correspondió
con una palmada en mi espalda, le di un
beso y luego para hacerle suave el momento le dije, ¡vine a comer tamales madre!,
me contestó -pos vente mijo, vamos a calentarlo y a preparar un rico cafecito-.
Me acomode en una silla, mientras ella preparaba la lumbre del fogón,
al tiempo le dije a mi padre, vine con micrófono en mano para cantarle sus
canciones pero no hay nadie, el equipo
no está, y pues aunque sea a capela pero
a eso vine, la llegada de mi hermano menor y su hijo completó la escena, mi
padre aprovechó el momento y se fue, no
supimos de él por casi una hora, ya
preocupados nos disponíamos a buscarlo cuando apareció con mi hermana menor
cargando una bocina que luego luego la
instaló, pero como siempre no faltó
el pelo en la sopa, Maquech me había
facilitado un micrófono pero el cable no era y todo se echó a perder.
Mi padre sin decir ahorita
vengo, salió como de rayo y en dos minutos regresó, con un micrófono en mano, me
dijo… ¡mira por micrófono no vamos a parar! ¡Me prestaron este!
Me sonreí por todo lo que mi
padre estaba haciendo y sin hacer pausa canté canciones para mi padre mi madre
y mis hermanos, me dije a mi mismo, evocando a las reflexiones que a diario vemos
y escuchamos, ¿Porque no hacer de un día algo especial para tu familia o para
tus padres? ¿Porqué esperar como se dice,
cuando ya no los tienes?
Este año será muy
significativo para mi, vivir de la música y complacer a otras personas fue mi
época y hoy lo quise hacer, pero complaciendo a mis padres… ¿Que mas puedo
pedir? Dios espero que me los conserves todavía muchos años mas, y si como dijo mi padre el día que ya no
estés hijo, quien nos irá a cantar, pero
mientras viva y pueda espero seguir dándoles esa satisfacción motivo de orgullo. Feliz Año 2016, A ti mi un
lector. DTB.