sábado, 2 de enero de 2016

UN AÑO MÁS CON MIS PADRES, Y MIS SERES QUERIDOS.



 En la vida hagamos que las cosas sucedan…

Por. Carlos Martínez M.



El 31 de diciembre pasado, sentado,  en un momento de  soledad  de mi mesa, esperando la llegada del año nuevo, me quede viendo mis mensajes del celular que a esa hora llegaban a cuentagotas, de pronto escuche el sonido anunciando un nuevo mensaje, sin pensarlo lo abrí,  era un video, que mi Jaguara amablemente me había reenviado.

Como el 24 de diciembre  me había enviado uno y me reclamo que había tardado mucho en leerlo me dispuse a escuchar el contenido, al abrirlo y oír las primeras frases del declamador me fui adentrando en el mensaje, en se momento llegaron a mi mente gratos recuerdos de mis padres, mi Jaguara se acercó y se sentó frente a mi y juntos escuchamos el mensaje.

Al repaso del vídeo me fui interesando, una hermosa narración con un bello mensaje, recordé los días aquellos cuando era apenas un niño,  veía ir  y venir las Navidades, en mi pueblo era costumbre ver reunida a toda la familia: abuelos tíos y primos, mis hermanos 9 ellos y mis padres,  todos sentados alrededor de una fogata o pegados al fogón mientras se cocinaban los tamales, unos  titiritando de frío y otros platicando historias, en espera de que cantara el gallo para correr a los hogares donde lucían los nacimientos,  llenos de cadenas y servilletas de colores hechas de papel de china y crepe, pastorcillos, y tantos adornos multicolores que llenaban de paz, de una paz indescriptible que hoy todavía la añoro.

El mensaje del video habla de cuando somos padres y tenemos a nuestros hijos en casa, los podemos disfrutar pero al cabo del tiempo van creciendo y deciden irse con su familia o con los amigos para pasar la Navidad, mientras los padres nos vamos quedando solos, vean si no, muchos preferimos quedarnos en casa o visitar a los vecinos o amigos pero casi por lo regular no visitamos a nuestros padres hasta otro día o pasada la medianoche.

Recuerdo que el pasado 24 de diciembre  invité mis padres,  llegaron a cenar, convivimos,  nos tomamos la foto y después que se fueron,  me quedé solo con mi familia mis 3 hijos y mi esposa, solo salí a llevar a mi hijo mayor y a mis padres a su casa y me regrese,  la noche para mi había terminado,  había que descansar.

En la mañana mi padre llegó y me despertó con unos buenos días,  como a eso de las 8 de la mañana, vino a invitarme para visitar a  los tíos,  habíamos hecho un compromiso de hacer tradición el día 25,  reunirnos,  cantar canciones y convivir con ellos, pero ya no fui,  mi padre se fue desconsolado y ni siquiera le di un abrazo.

A media semana fui a verlo y me dijo que mis tíos me había echado de menos,  esperaban que fuera, me dio pena porque mi padre con mucho orgullo me ha hecho sentirme importante ante mis tíos, su familia,  pues de la música viví casi 15 años, no había veinticuatro y treinta y uno que no fuera a cantar para la gente que amablemente nos contrataba, o para  amenizar sus fiestas,  aunque estuviera ausente de mi familia esos días tan importantes.

Vi a mi padre con una ilusión tan grande en sus ojos, que después de escuchar  el video decidí que el día último y el día primero debía estar con ellos y cantarles sus canciones como a ellos y a mi nos han gustado. Mi padre me dijo que estarían todos mi hermanos y pues no dudé,  le dije a mi Jaguara,  -hoy estarás con tus padres y yo estaré con los míos,  como cuando éramos niños,  vamos a darles esa satisfacción.

Antes de la medianoche,  decidí encaminar mis pasos, encendí a la niña y le dije a mi esposa,  voy a  ver a mis padres y convivir un rato con ellos seguramente mis hermanos y hermanas ya están ahí y quizás nada más yo falto, ella asintió con la cabeza y me dijo esta bien ve, cuídate y salúdamelos, diles que le mando un gran abrazo.

Dicho lo siguiente, salí a mi destino, en esa casa convivimos por primera vez a nuestra llegada a Champotón en el año de 1980 hasta el año de 1992 que decidí vivir con mi propia familia.
Algunas Navidades  y Año Nuevo las convivimos con los vecinos más cercanos de aquel entonces, el Sr. Irola y su familia que nos recibieron siempre con los brazos abiertos y nos dieron la bienvenida  en su casa, debo decir que  de aquella familia solo recuerdos bonitos quedan.

Cuando llegué,  me pareció raro no ver movimiento ni ruido,  cosa rara,  mi papa me había dicho que estarían todos mis hermanos,  mientras mas me acercaba mas crecía mi asombro, no hay nadie en la casa me dije, ¿No será que salieron a festejar a otro lado y no me dijeron? Llegué y me paré frente a la reja y vi hacia dentro,  no había nadie,  la reja estaba con candado y todo en silencio.

Un chiflido despertó a mi padre que ya estaba durmiendo, medio somnoliento abrió la reja que da a la calle y me recibió con un abrazo, tal vez no espero verme ahí, le dije, ¡vine a cantarle sus canciones! … no pos que bien hijo – me contestó, ¿Y mi madre? ¿Dónde esta? –No se, debe andar por ahí-  -creo que tu hermano se siente mal y anda preparándole un remedio- me dijo.

Terminado el protocolo del abrazo, me dirigí a buscar  a mi madre que venía del patio de la casa,  pues había escuchado escándalo en casa de los vecinos y eso la sobresaltó,  la encontré y le di un abrazo al que correspondió con una palmada en mi espalda,  le di un beso y luego para hacerle suave el momento le dije, ¡vine a comer tamales madre!, me contestó -pos vente mijo, vamos a calentarlo y a preparar un rico cafecito-.

Me acomode en una silla,  mientras ella preparaba la lumbre del fogón, al tiempo le dije a mi padre, vine con micrófono en mano para cantarle sus canciones pero no hay nadie,  el equipo no está,  y pues aunque sea a capela pero a eso vine, la llegada de mi hermano menor y su hijo completó la escena, mi padre aprovechó el momento y se fue, no supimos de él por casi una hora,  ya preocupados nos disponíamos a buscarlo cuando apareció con mi hermana menor cargando una bocina que luego  luego la instaló,  pero como siempre   no faltó el pelo en la sopa,  Maquech me había facilitado un micrófono pero el cable no era y todo se echó a perder.

Mi padre sin decir ahorita vengo, salió como de rayo y en dos minutos regresó, con un micrófono en mano, me dijo… ¡mira por micrófono no vamos a parar! ¡Me prestaron este!
Me sonreí por todo lo que mi padre estaba haciendo y sin hacer pausa canté canciones para mi padre mi madre y mis hermanos, me dije a mi mismo,  evocando a las reflexiones que a diario vemos y escuchamos, ¿Porque no hacer de un día algo especial para tu familia o para tus padres?  ¿Porqué esperar como se dice,  cuando ya no los tienes?
Este año será muy significativo para mi, vivir de la música y complacer a otras personas fue mi época y hoy lo quise hacer, pero complaciendo a mis padres… ¿Que mas puedo pedir? Dios espero que me los conserves todavía muchos años mas,  y si como dijo mi padre el día que ya no estés hijo, quien nos irá a cantar,  pero mientras viva y pueda espero seguir dándoles esa satisfacción motivo de orgullo. Feliz Año 2016,  A ti mi un lector. DTB.